viernes, 4 de diciembre de 2009
VISION DEL HOMBRE DESDE EL EXISTENCIALISMO

En el libro el existencialismo es un humanismo también se propone una visión del hombre que va de acuerdo a los principios existencialistas.
El primero afirma que: El hombre es el único que no sólo es tal como concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Es también lo que se llama la subjetividad.
El hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser algo que se lanza hacia un porvenir, y que es consciente de proyectarse hacia el porvenir. El hombre es responsable de lo que es.
Así el primer paso del existencialismo es poner a todo hombre en posesión de lo que es, y asentar sobre él la responsabilidad total de su existencia. Cuando se dice que el hombre es responsable de sí mismo, no queremos decir que el hombre es responsable de su estricta individualidad sino que es responsable de todos los hombres.
El segundo sentido: es el sentido profundo del existencialismo. Cuando decimos que el hombre se elige, entendemos que cada uno de nosotros se elige, pero también queremos decir con esto que al elegirse elige a todos los hombres. En efecto, no hay ninguno de nuestros actos que al crear al hombre que queremos ser, no cree al mismo tiempo una imagen del hombre tal como consideramos que debe ser.
Si se dice que la existencia precede a la esencia y nosotros quisiéramos existir al mismo tiempo que modelamos nuestra imagen, esta imagen es valedera para todos y para nuestra época entera. Así, nuestra responsabilidad es mucho mayor de lo que podríamos suponer, porque compromete a la humanidad entera.
La frase: “pienso, luego soy”; se pude tomar como la verdad absoluta de la conciencia captándose a sí misma. Toda teoría que toma al hombre fuera de ese momento en que se capta a sí mismo es ante todo una teoría que suprime la verdad, pues fuera de este cogito cartesiano, todos los objetos son solamente probables, y una doctrina de probabilidades que no está suspendida de una verdad, se hunde en la nada; para definir lo probable hay que poseer lo verdadero.
Esta teoría es la única que da una dignidad al hombre, la única que no lo convierte en un objeto.
Todo materialismo tiene por efecto tratar a todos los hombres, incluido uno mismo, como objetos, es decir, como un conjunto de reacciones determinadas, que en nada se distingue del conjunto de cualidades y fenómenos que constituyen una mesa o una silla o una piedra.
Nosotros queremos constituir precisamente el reino humano como un conjunto de valores distintos del reino material.
Pero la subjetividad que alcanzamos a título de verdad, no es una subjetividad rigurosamente individual, porque hemos demostrado que en el cogito uno no se descubría solamente a sí mismo, sino también a los otros. Por el yo pienso, contrariamente a la filosofía de Kant, nos captamos, a nosotros mismos frente al otro, y el otro es tan cierto para nosotros como nosotros mismos. Así, el hombre que se capta directamente por el cogito, descubre también a todos los otros y los descubre como la condición de su existencia. Se da cuenta de que no puede ser nada (en el sentido en que se dice que se es espiritual, malo o celoso), salvo que los otros lo reconozcan por tal. Para obtener una verdad cualquiera sobre mí, es necesario que pase por otro. El otro es indispensable a mi existencia tanto como el conocimiento que tengo de mí mismo.
En estas condiciones, el descubrimiento de mi intimidad me descubre al mismo tiempo el otro, como una libertad colocada frente a mí, que no piensa y que no quiere, sino por o contra mí.
Así descubrimos en seguida un mundo que llamaremos la intersubjetividad, y en este mundo el hombre decide lo que es y lo que son los otros.
Esta aportación me parece sumamente importante pues nos lleva a reconocer nuestra existencia a partir de l reconocimiento de los otros, de tal forma que el hombre no es tal, si no reconoce la existencia del otro. En lo cual veo la importancia del contacto con los demás para poder conocernos como persona y poder tener un crecimiento personal.
jueves, 3 de diciembre de 2009
Erich Fromm: “El corazón del hombre”

Ante la pregunta ¿Qué es el hombre? Una de las respuestas que puedo dar es en base a la lectura del libro “El corazón del hombre” de Erich Fromm que nos da una visión sobre la forma más maligna de la orientación humana: el amor a la muerte, el narcisismo maligno y la fijación simbiótico incestuosa, que juntos conforman el síndrome de decadencia, “el que mueve al hombre a destruir por el gusto a la destrucción y a odiar por el gusto de odiar”. Aunque Fromm no se queda con esta visión del hombre con tendencia a la muerte, en oposición a esto durante el libro describe lo que el cuadro anterior señala (ver arriba).
Fromm en este libro describe la orientación maligna del hombre. Pero lo que me interesó y quiero destacar es aquello que r nos sirve para dar respuesta a la pregunta planteada al principio. Para Fromm mas allá de lo maligno afirma que el hombre es como una contradicción inherente a la existencia humana. De la cual destaca dos series de hechos:
1) El hombre es un animal, pero su equipo de instintos, en comparación con el de todos los demás animales, es incompleto e insuficiente para asegurarle la supervivencia a menos que produzca los medios para satisfacer sus necesidades materiales y cree el lenguaje y herramientas.
2) El hombre, como los demás animales, tiene inteligencia que le permite usar procesos mentales para conseguir objetivos inmediatos, prácticos; pero el hombre tiene otra cualidad mental de que carecen los animales. Tiene conocimiento de sí mismo, de su pasado y de su futuro, que es la muerte; de su pequeñez e impotencia; conoce a los otros como otros: como amigos, como enemigos o como extraños. El hombre trasciende toda la vida de otro porque es, por vez primera, consciente de la vida de sí mismo. El hombre está en la naturaleza, sometido a sus dictados y accidentes, pero trasciende la naturaleza porque carece de la ignorancia o inconsciencia que hace del animal una parte de la naturaleza, como uno con ella.
De todo lo antes mencionado y habiendo destacado los males que pueden motivar las conductas destructivas del hombre lo más importante de la propuesta de Fromm y de su psicoanálisis humanista es la libertad del hombre donde él puede asumirla de manera responsable y decidir por la vida en vez de la muerte. Y que ante la pregunta de que es el hombre, es el hombre mismo quien está decidiendo su naturaleza de vida o de muerte, de creación o destrucción, esa lucha constante en la que nos encontramos diariamente buscando nuestra propia definición.
Bibliografía
Fromm, E. (2008). El corazón del hombre. México: Fondo de cultura económica.
VIKTOR FRANKL: LA ANTROPOLOGIA COMO TERAPIA


Al leer a Viktor Frankl en su libro la antropología como terapia encontré una respuesta a una inquietud que tenia sobre la concepción de hombre desde la visión psicológica, pero sobre todo descubro todo un nuevo sistema que toma en cuenta el ser espiritual del hombre.
Al tomar en cuenta la esfera espiritual del hombre Frankl cristaliza una teoría psicológica centrada en cuatro conceptos filosóficos: persona, libertad, responsabilidad y significado. Dando con esto una esencia antropológica de la cual carecía la psicología y dándole a la dimensión espiritual su lugar en la unidad del hombre, contraponiéndose a las teorías reduccionistas que hasta el momento habían dado una visión parcial del hombre.
En relación a esta visón integral de Frankl, hace cuatro afirmaciones que componen su concepción del hombre:
1. El hombre es un ser espiritual-personal.
“Solo poniendo la mirada sobre el ser espiritual, sobre su fundamental tensión a los valores y significado, podrá develarse la significatividad de lo real y podrá aparecer, en toda su plenitud, el significado del ser”[1]
“Solo poniendo la mirada sobre el ser espiritual, sobre su fundamental tensión a los valores y significado, podrá develarse la significatividad de lo real y podrá aparecer, en toda su plenitud, el significado del ser”[1]
Con esta afirmación nos da la dimensión noética del hombre. Esto es: la dimensión de los valores y del significado.
2. El hombre es un ser capaz de autodeterminarse.
“Lo que realmente importa no son las características de nuestro carácter, los estímulos y los instintos en sí mismo, si no más bien, la actitud que tomamos con relación a ellos. Es la capacidad de tomar una actitud tal que hace de nosotros seres humanos” [2].
Coincido totalmente en esta afirmación pues al analizar la visión de Freud sobre el hombre, pensaba, en donde estaba la capacidad de decidir del hombre acaso no puede hacer nada contra el impulso sexual.
Y ahora confirmo que el hombre es capaz de autodeterminarse. El hombre no solo decide “sobre” algo o “de” algo, si no que decide de sí mismo.
3. El hombre se orienta primaria y originalmente hacia el significado y hacia los valores.
El hombre necesita dar un sentido a sus opciones, a sus experiencias, a su actividad, a sus límites y a las circunstancias determinantes de su vida.
Pero al ver noticias y documentales sobre adolescencia y juventud me he dado cuenta que muchos adolescentes y jóvenes están inmersos en problemas de adicción, pandillerismo, violencia y homicidio y la pregunta es ¿Qué los lleva a vivir estas circuntancias?.
Muchos de ellos en las entrevistas que les hacen responden que ellos viven para sus pandillas. Ahí la respuesta no tienen un significado de su vida mas haya de la pandilla. Esto es preocupante a donde vamos a llegar si nuestros jóvenes no dan otro significado a su existencia .
Frankl habla de la tensión del hombre los valores y al significado definida por él como voluntad de significado. Y con esta afirmación justifica por entero el sistema logoterapéutico. El cual deberíamos aplicar en nuestro trabajo con los adolescentes y no llegar a esa carencia de significado en la vida.
4.La trascendencia pertenece de manera esencial al ser-hombre.
El hombre a diferencia de los animales tiene la capacidad de trascender pues tiene espiritualidad que le permite encontrar el significado de su ser.
La autotrascendencia es la esencia de la existencia, es tener esa tendencia hacia los valores y en ese reconocimiento también del otro como individuo y no como objeto.
En ese sentido Frankl afirma:
“De una cosa se puede decir que tiene un valor para mí. La persona en cambio tiene su dignidad y tal dignidad es un valor en si mismo”.
En este aspecto teórico de la logoterapia y de su técnica terapéutica hay mucho trabajo que realizar en los problemas de violencia en las mujeres, pues al ser vistas como un objeto pierden su dignidad y además asumen esta circunstancia pues no les permite ver que son seres capaces de trascender.
En este aspecto quiero concluir pues para mi punto de vista aunque Frankl revaloriza a la religión en el ámbito de la psicología noto un cierto temor al definir excesivamente los limites entre religión y psicología. Sin embargo coincido con el en que la religión no busca intencionalmente la salud psíquica, sin embargo, puede provocar una particular sensación y situación de seguridad que se revela saludable para psique humana.
Quería compartir esta reflexión con ustedes pues fue una experiencia gratificante la lectura de este libro pues me permitió identificar cual sería la forma de trabajar con jóvenes pues responde a mis interrogantes y a mi significado de vida.
[1] Frankl, V.,., El hombre doliente. Fundamentos antropológicos de la psicoterapia, op. cit. p. 200.
[2] Frankl, V., Fundamenti e applicazioni della Logoterapia op. cit. p. 29.
¿QUÉ ES EL HOMBRE?
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